miércoles, 23 de mayo de 2012

Como agua de mayo...

     Nunca mejor dicho. Los 22 litros recogidos en el pluviómetro este pasado fin de semana han sabido a gloria y el campo los ha agradecido. El verde de las plantas se ha lavado del polvo de los últimos calores y la tierra se ha bebido cada uno de esos litros con sed...mucha sed. Y es que el año está siendo escaso en agua y cada gota cuenta en el proceso de crecimiento de la planta.


     Como siempre, y puesto que soy un joven novato en esto de la huerta, voy escuchando con atención los consejos que me dan los hortelanos con los que hablo. Especiales lecciones son las que me dan Carlos "el de Otíñar" y Miguel Domínguez... que fue quien me metió el veneno de la huerta hace algunos años. Ellos son a los que acudo con mis dudas y con mis preguntas...y ellos son los que con paciencia y ganas de enseñar van contestando una a una mis cuestiones. Es de agradecer su ayuda porque siempre procuran darme las mejores explicaciones, me saben explicar las cosas con las razones científicas desde el punto de vista fisiológico de las plantas y me ayudan así a entender mejor cada cosa sin contestarme jamás que "ésto se hace así...porque sí". Por toda vuestra ayuda y paciencia conmigo...os doy las gracias desde aquí.

     Siguiendo con los pequeños avances de la huerta, he recogido la segunda remesa de habas después de que la primera me la robaran. Podéis ver en la imagen a mi perra Mora flanqueada por las dos cestas de habas que serán peladas y revueltas con jamón y cebolleta por las divinas manos de mi santa madre para deleite del resto de la familia.

Mora guardando las habas de los ladrones...
     La otra novedad que puedo contar es que desde el domingo tenemos un nuevo "maquinillo" en nuestra huerta. Se trata de un regalo especial que D. Luis Centenera y su padre me han hecho. Hacía mucho tiempo que un regalo no me ilusionaba tanto así que por eso y por más cosas les estoy también eternamente agradecido. Se trata de una mulilla de las que ya no se fabrican, una Gyrmet con motor Lombardini 6LD400 de 395cc y unos 12 CV de potencia.., lo que yo suelo denominar: una bestia parda. Investigando un poco he encontrado que esta marca, Gyrmet, era la marca agrícola de la famosa Bultaco, conocida de sobra por sus durísimas motos. Pues bien, tras una primera revisión mecánica, parece que lo único que habrá que reparar es la bomba de inyección de la gasolina. Espero poder verla trabajar la tierra dentro de poco. Con el tiempo la lijaré, le quitaré el óxido y le daremos su imprimación y pinturas azul y naranja como bien me ha aconsejado Antonio "el de Arcos", otro chiflado de la huerta y también de las máquinas antiguas.

Así vino la máquina desde Alovera (Guadalajara) hasta Jaén. El Pelotilla da  mucho de sí el "jodío".

Vista general de la máquina en la puerta del taller. Al fondo las fresas.

     Poco más puedo contar. Sólo que sigo sin poner más planta por estar la tierra aún pesada por el agua y por mi falta de tiempo. Como veis se me acumula el trabajo y se me echa el tiempo encima. Espero que pronto os pueda escribir con toda la planta ya puesta y los deberes bien hechos.

   Hasta entonces.., un saludo muy fuerte a todos.

sábado, 19 de mayo de 2012

Enredando

Hoy he empezado a plantar las hortalizas y he comenzado con los tomates. He de decir que soy un loco de los tomates y es la planta de la que más variedades he conseguido tener. Este año los he decidido plantar como me enseñó hace una semana un buen amigo huertero-blogero, Carlos.

     Se trata de hacer una mezcla de tierra y estiércol. Primero se criba con una caja de fruta, por ejemplo, tierra del muladar donde vamos echando todos los restos de poda, las hojas secas.., el césped cortado, etc. El resultado es una tierra oscura muy fina y muy suelta. A continuación cribamos de la misma manera el estiércol curado (en este caso de cabra y oveja) y lo añadimos a la tierra cribada. El resultado es un sustrato espectacular que usaremos en la plantación de nuestras hortalizas.
     Como podemos ver en la foto, en el carrillo tenemos el sustrato cribado y en la palangana metálica el estiércol pasado por la caja de fruta. Tras mezclarlos bien, ya tenemos el sustrato listo para plantar. El modo de plantar las hortalizas, como me enseñaron Carlos y su padre, es un poco más laborioso que el que venía haciendo estos años atrás pero los resultados merecen el esfuerzo. Se trata de hacer un hoyo bien profundo en cuyo fondo añadimos una cantidad generosa de este sustrato tan esponjoso y nutritivo para colocar a continuación la plántula "acostada" con la mayor cantidad de tallo enterrado posible para que genere un sistema radicular más amplio y se alimente mejor la planta y por tanto fructifique más y mejor. Por último arropamos el hoyo con tierra normal y dejamos una pequeña poza alrededor de la mata para los primeros riegos. Con el paso del tiempo iremos aporcando más tierra a los tallos de las matas con el fin de fortalecer el asiento de la planta y favorecer la formación de un buen sistema de raíces.

 
     Es el primer año que planto de este modo así que os iré contando la marcha de las matas.

     Hoy sólo me ha dado tiempo a poner dos arroyos de tomates pues me ha visitado una nube que ha descargado sobre la sierra y he tenido que dejar la faena para cuando venga el buen tiempo. Este agua le ha debido venir genial a los tomates recién plantados..., que bendición. Las variedades que he puesto hoy son unos tipo Kumato que sembré hace un par de años y que no había vuelto a plantar. Aquel año salieron muy buenos y gordos los tomates así que este año hemos decidido volver a intentarlo, a ver qué tal se nos da.
El otro arroyo que he plantado hoy es un tomate que me trajeron de un pueblo de las Sierras de Cazorla, Segura y Las Villas. Es un tomate gordo, lobulado y de color rosado; supongo que se trata de uno de esos tomates que denominan "del lugar" y que muchas veces son parecidos entre sí pero otras veces resultan distintos por lo que merece la pena ir probándolos.


      Antes de enredar con los tomates he recogido una cesta de habas ( es la segunda carga.., la primera me la robaron...), he rondado a las patatas (este año sembré blancas: Carlita y Jaerla; rojas: Rubis y violetas: Vitelotte ) y he revisado los frutales que planté a finales de invierno. 



Como se puede ver en la imagen, la patata Vitelotte presenta una mata preciosa, con los tallos y los nervios de las hojas de un color marrón oscuro mientras que las otras variedades blancas y roja que he sembrado presentan un color verde en todas sus partes.




Una vista de las calles de las habas. Al situarnos en la sierra, es ahora cuando comenzamos a recogerlas, justo cuando en las vegas de Jaén, los hortelanos ya las tienen arrancadas...


Aquí podemos ver algunas de las bandejas de tomates que hemos sembrado este año. Los iremos comentando a medida que los vayamos plantando. Casi todas las variedades son de intercambios con otros hortelanos, regalos de amigos...y alguno curioso que he ido encontrado en algún viaje o en algún vivero.


Y para terminar, quería dejar una foto de la pequeña Huerta de Río-Frío, para que los que nos lean se puedan hacer una idea de cómo es el terreno y cual es el espacio del que dispongo para enredar en mis cosas y en mis pequeños proyectos de hortelano chiflado


Un saludo a todos!!!

lunes, 7 de mayo de 2012

Bienvenidos

     …Sentir cada partícula de tierra entre tus manos, notar cómo rechinan entre tus dedos al cerrar el puño intentando adivinar qué necesita, qué te está pidiendo, qué quiere de ti. Aprender a ser humilde labrándola con paciencia, sabiendo elegir el momento preciso para ofrecerle aquello de lo que carece y tratar de quitarle los malos vicios que la tierra adopta cuando no se la mima. Educar tu sensibilidad con tan sólo mirar sus colores, con sólo aspirar sus aromas… Apreciar cada gota de tu sudor y saberte vivo cuando ves el verde crecer, cuando escuchas el latido de los frutos, cuando el agua alimenta cada ilusión que sembraste. Aprender a mirar el cielo con los ojos del campo y entender los caprichos del agua, las formas de las nubes, dejar que el agua te cale hasta el alma, enamorarte de ella cuando haga bien y defenderte  de sus gotas cuando al campo hieran. 
     El campo devuelve al hombre al lugar que siempre ocupó, alejándolo del deseo de dominarlo todo.  Te arranca las esperanzas de la forma más cruel que puedas imaginar, mata ambiciones y descabeza los sueños con la firme frialdad de saberse poderoso. Pero el campo también es justo a veces alimentando con sus jugos la confianza que depositamos en su piel regalando a aquel que siembra la oportunidad de recoger.  Reconoce la voz que le habla,  los pies que la pisan, las manos que la labran…y se establece una relación primitiva que nunca debimos perder.
Ésta es la Huerta de Río-Frío.., bienvenidos.